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Mostrando entradas de diciembre, 2015

Las doce campanadas.

Se acaba el año, se acaban las oportunidades de cumplir aquello que nos habíamos propuesto en Enero y que tanta ilusión nos hacía. ¿Lo habremos conseguido? Es hora de valorar el año y pensar en qué queremos hacer en el 2016, si queremos seguir manteniendo lo que hacemos, si queremos mejorar en algún aspecto, si estamos contentos con nuestra vida y con nosotros mismos. Llega el momento de hacer balance del 2015 a ritmo de 12 campanadas rutinarias que cada año nos anuncian la llegada de nuevas oportunidades: Carlos quiere aprobar las oposiciones en el año 2016 ya que en el 2015 se presentó pero no se vio lo suficientemente preparado como para aprobar. Alberto quiere darle un giro a su vida. Siempre ha hecho lo correcto porque así creía que tenía que ser. Ha estudiado, ha terminado la carrera, ha opositado y hasta consiguió plaza en las últimas oposiciones de este año 2015. Pero se ha dado cuenta de que no es lo que quiere hacer en la vida. No quiere pasarse todos los días ha

Reseña - El cuaderno de Maya

Resumen : Maya es una joven inquieta, con muchas, muchas ganas de descubrir la vida y con una energía enorme.Vive con sus abuelos, ya que sus padres están separados y su padre, que es piloto, se pasa el día volando.  Cuando el abuelo de Maya fallece, todo su mundo se da la vuelta. Maya se vuelve rebelde, comienza a fallar en la escuela y hace nuevas amigas con las que descubre el mundo de las drogas, alcohol y sexo.  Es a partir de aquí cuando los problemas de Maya no paran de aumentar hasta llegar al momento en que su abuela y Mike han de ayudarla y esconderla de todos sus fantasmas así como de las consecuencias de los excesos vividos  en su época más oscura, sombría y peligrosa.  El libro se desarrolla alternando el presente de Maya con su pasado, de modo que mientras descubres su nueva vida en Chiloè también descubres el por qué Maya es como es, por qué ha llegado a la situación en la que se encuentra y cómo ha podido cambiar tanto la vida de una joven en tan poco tiempo.  O

Historia de navidad

Se pasó una hora buscando el calcetín rojo hasta que por fin lo encontró bajo la colcha de la cuna de Guillermo.  Pablo había llegado a casa a media tarde y había insistido a su madre en varias ocasiones para que se acordara de poner su calcetín debajo del árbol. De no ser así, Papá Noel no le dejaría sus regalos, esos que había estado deseando tener desde que le escribió la carta unas semanas atrás. 

Buenos actos

Diciembre me parece un mes mágico. No por las luces, ni por los villancicos que suenan en cada rincón, ni por las reuniones familiares o las reuniones con amigos a los que hace mucho que no ves.  Me parece un mes mágico por algo que debería suceder todo el año: la actitud de la gente.  Parece que este mes todos nos volvemos nuestras mejores versiones, intentando ayudar, sonriendo más, teniendo más paciencia, haciéndonos cargo de cosas que no nos tocan sin reprochar, demostrando más nuestros sentimientos hacia los demás...  ¿Por qué no podemos mantener esta actitud durante todo el año?  Si tan bonitas son estas fechas es porque la gente es más amable, paciente, educaca... ¿Tan difícil es serlo durante todo el año que sólo podemos mantenerlo unos días? Sinceramente, si la gente mantuviese esta actitud durante todo el año, todos seríamos nuestra mejor versión permanentemente y esto facilitaría mucho las relaciones personales, las relaciones laborales, la comunicación, todo. 

Mis mejillas se enrojecían

Entonces vi cómo mis mejillas se enrojecían y no pude apartar mis ojos de los suyos. No sabía cómo había llegado hasta su casa. Lo último que recordaba era que había llegado a casa muy cansada, había puesto música y, al sonar esa canción que tanto me recordaba a él, mi mente había comenzado a volar. Mis pensamientos fluían al mismo tiempo que mi corazón se aceleraba. Me faltaba el aire. Necesitaba salir a la calle y sentir cómo la brisa me golpeaba en la cara. Comencé a andar, casi a correr, sin tener un rumbo exacto, pero de un modo u otro mi cuerpo sabía dónde quería llegar mi corazón. Me encontraba frente a él. Nuestras miradas se cruzaban de nuevo, pero esta vez lo hacían de un modo distinto. Estábamos más cerca que nunca y ambos notábamos que nuestros corazones latían al mismo ritmo. Nos fundimos en un beso lento, suave, que invitaba a soñar y a no querer despertar. Y entonces sentí como mis mejillas se enrojecían y no pude apartar mis ojos de los suyos.