La regla de los cuatro cafés.

Dicen que sólo hacen falta cuatro cafés con una persona para que los sentimientos empiecen a surgir. 
Tan sólo hay que dejarse llevar con tiempo y ganas de que algo ocurra. 
  • Con el primer café...
Se consigue que todos los nervios que se puedan acumular en el cuerpo humano salgan a la superficie. También, en algunas ocasiones, los pensamientos repetitivos sobre qué decir o qué hacer te paralizan y no sabes reaccionar a tiempo. "Tendré una pose rara?, ¿habré dicho algo que no debía?, ¿le gustará lo que estoy hablando?"
Después, en casa, analizándolo fríamente te darás cuenta de que los nervios te han jugado una mala pasada, que podías haber aprovechado mejor la situación y preguntarle aquello que más curiosidad te provocaba. 
  • Con el segundo café...
Con muchos menos nervios que la vez anterior surgen las preguntas más raras que te puedas imaginar. Si ambos os habéis gustado querréis impresionar al otro e intentaréis sacar la máxima información posible. Además, para impresionar daréis más información de la que en un principio pensáis. 
  • Con el tercer café...
Acabaréis de conoceros. Sin nervios, empezando a confiar el uno en el otro yo comenzando a relajaros os dejaréis llevar entre risas, charlas y miradas. 
Intentaréis crear algo de intriga dando información precisa y a cuentagotas. Siempre hay que dejarle con ganas de más. 
  • Con el cuarto café...
Os habréis enamorado.

Tan sólo hace falta dejarse llevar. 

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